Carretera ‘El Lago – Jaraíz de la Vera’

Carretera ‘El Lago – Jaraíz de la Vera’

6 junio, 2022 Desactivado Por Miguel Lorente

He de reconocer que encontrar carreteras como la de El Lago (Jaraíz de la Vera) son pequeños placeres de las vacaciones estivales.

Ya me pasó en Asturias con la cascada Cascada de Oneta y en esta ocasión me ha sucedido con este pequeño tramo a una de esas piscinas naturales de la comarca de la Vera (Cáceres) de la forma menos voluntaria posible: saliendo a correr.

La carretera EX-203 es una de esas carreteras secundarias que atraviesan un sinfín de pueblos con menor o mayor interés, por suerte para mí, alojarme a su vera en los apartamentos rurales La Oropéndola (enlace) supuso tener que buscar asfalto donde correr durante los días de descanso.

Lo más a mano era ‘esa’ carretera sin líneas a los márgenes ni en el centro de la calzada que iba pendiente hacia abajo tras la entrada a la finca.

Gracias a los mapas de Google empecé a encontrar alicientes para investigar sobre el asfalto lo que, a través de la pantalla, prometía pasar un buen rato al volante.

Como seguro que has visto en las carreras, los pilotos reconocen el asfalto del circuito caminando sobre el mismo ya que es una gran forma de poder analizar, literalmente a pie de pista, desde los puntos conflictivos a los lugares donde poner especial atención o, sencillamente, empaparse de la esencia de un circuito.

De buena mañana me calcé mis zapatillas de correr, estiré y me dejé llevar por la carretera hacia El Lago de Jaraíz de la Vera sin mayores pretensiones que hacer un entrenamiento… pero entonces llegaron las sorpresas.

Carretera El Lago – Jaraíz de la Vera

Los primeros metros son fáciles de abordar (entrada en el cruce situado en el pk. 35,2): bajada rápida y, a la señal en subida de ceda el paso, llega la primera curva de derechas que se prolonga entre un arco arbolado hasta que se cierra y se inclina el asfalto apoyado en la tierra que invita a ‘morderlo’ un poquito para ganar y afrontar más sutilmente el siguiente giro a la izquierda con final en una pequeña recta.

Recorrer esta carretera a primera y última hora del día, obliga a esforzar la vista ya que la entrada de luz y las sombras hacen que las pupilas jueguen a abrirse y cerrarse a la vez que los ojos fijan la mirada en el siguiente viraje.

Sigue el descenso con una serpenteante ‘derecha-izquierda-derecha’ y llegada al puente. Sí, a un puente que estrecha el asfalto que obliga a entrar en una de derechas casi de 90º para obligarte a enfilar la subida porque el tramo de la carretera de El Lago de Jaraíz de la Vera tiene 1,2 km de bajada rápida y 1,3 de ascenso más intenso aún.

Rápidamente te das cuenta que esto gana diversión, es cierto que la corta distancia que tiene este pequeño tramo va a resultar como un delicioso canapé antes de un suculento convite por eso no te pierdas mi recomendación al acabarlo.

Breve pero intensa

Retomando, tras el puente que pasa por encima el río otra de derechas y hacia arriba. Izquierda colocando a una visible derechas que da a una recta que anticipa un devenir de enlazadas expuestas al sol porque, otra de las características de esta pequeña delicia de la ingeniería de caminos es que cambia la vegetación y el cielo queda expuesto.

Aunque más vale no perder de vista un asfalto que muestra arrugas y grietas. Ni la siguiente recta porque otra de izquierdas con aviso de cruce y final de nuestro recorrido llevará a un STOP que señalará la salida a Cuacos de Yuste o volver hacia Jaraíz de la Vera… y a El Lago, ya que la entrada por la EX-203 está a tan solo 1 minuto en coche. Es decir, tras disfrutar de esta carretera o camino, puedes volver a hacerlo una y otra vez… sin cansarte y con un «enlace» casi testimonial.

Conducción segura y respetuosa

Como siempre, quiero destacar dos cosas: esta carretera tiene una máxima de 50 km/h por el simple hecho de su naturaleza y de la posibilidad de encontrar tráfico a a favor y en contra incluso de autobuses y, sobre todo, ciclistas y peatones que puedan transitarla.

En verano es altamente frecuentada, los coches discurren en un goteo continuo y, en las zonas próximas a los accesos a las piscinas de El Lago, la gente camina a ambos lados de la calzada, muchas veces con automóviles aparcados en los márgenes de la misma con lo que la anchura de la carretera queda reducida a la mitad. Disfrutar de la conducción exige responsabilidad y coherencia.

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