Prueba del Abarth 595C Competizione: habitabilidad, confort y practicidad

Prueba del Abarth 595C Competizione: habitabilidad, confort y practicidad

8 octubre, 2023 Desactivado Por Miguel Lorente

En esta prueba del Abarth 595 Competizione descapotable de 180 CV analizamos su relación calidad y precio, su validez como coche de 4 plazas e, incluso, como coche de diario

Como menciono también en el otro artículo que complementa a éste, llevaba mucho tiempo para poder quitarme una espinita tras una toma de contacto con un Abarth 500 de 140 CV que conduje hace más de 10 años.

Pasado todo ese tiempo y un buen repositorio de variados coches por mis manos, y pies, por fin pude disfrutar, y remarco, disfrutar, un Abarth 595 y nada mejor que uno Cabrio y, rizando el rizo, el Competizione de 180 CV.

Y volviendo in situ a la prueba del Abarth 595 Competizione Cabrio, antes de nada he de advertirte que en este artículo vas a conocer las impresiones a bordo de él, para conocer in situ cómo va, qué se siente al vivirlo como coche de diario y de fin de semana, en definitiva, la opinión sobre la conducción del 595C Competizione, debes pinchar en el enlace para leerlo.

A bordo del Abarth 595 Competizione Cabrio

Según tomé la modesta, por no decir, anticuada, mundana, espartana, llave/mando del Abarth en la antigua fábrica de PSA, ahora, la sede de Stellantis en Madrid, y pulsé el botón de desbloqueo de la cerradura, un aire halo a competición me envolvió.

Bueno, realmente lo que me envolvió al máximo es el backet de carbono Sabelt, backet, ni semi ni asiento deportivo, no, backet.

Un enjuto asiento de competición espectacularmente forrado en piel y Alcántara, como el volante, que no deja capacidad para cabecear en él.Como supongo que no me conoces, te diré que mido casi 1,80; que uso una talla de camisa M-L, más próxima a la M, y que tengo una talla 42 de pantalón, vamos, que soy un español estándar. Pues con mi compostura, me costaba mantenerme por completo dentro del asiento.

Al principio sentí incomodidad por tal angostura, pero ay amigo, el vicio, el vicio por los coches deportivos, por aquellos que, sin serlo, pueden ser base para coches de carreras… Lo mucho que me pone a mí usar de diario un «coche reisin» no te lo puedo explicar con palabras, pero lo intentaré.

Al cabo de los pocos metros, yo ya había deslizado mis chichas y colocar mis huesos de tal forma que el asiento era una capa y yo me sentía ya en un cockpit de carreras. Es cierto que, si de algo peca y se le puede echar en cara a este coche es su falta de justificaciones en cuanto a chorradas o detalles espartanos o lustrosos, según se entienda que no tiene o que le falta.

Esto es, te monta un volante deportivo con un cuadro de instrumentación cubierto por una pieza tapizada en Alcántara y luego te encuentras que, el resto del salpicadero, salvo detalles muy puntuales, como el mágico botón del Scorpione y el tándem palanca/pomo, es idéntico al del, por ejemplo, Fiat 500C que conduje hace unos meses. Lo mismo ocurre con los paneles de las puertas, los asientos traseros: dos cositas que cambian y, el resto, es un 500 de 15.000 euros.

Entonces, ¿comprar un Abarth 595C Competizione desde unos 38.000 euros (33.000, según la promoción a la fecha de redacción de este texto) es tirar el dinero? No, amigo, NO, en las conclusiones que te recuerdo debes leer en el artículo complementario te lo argumentaré más en profundidad pero, te avanzo, soltar ese dinero es toda una inversión en felicidad.

Porque, como te decía, lo que te transmite desde el asiento este coche es pura competición, puro espíritu de competición transmitido desde el más allá de don Carlo Abarth hasta el acá, este coche, y el ahora, una esta época atestada de SUV normales y corrientes y en plena ebullición de coches eléctricos-electrónicos tan emocionantes como una lavadora-secadora.

El punto polémico del Abarth 595

Volviendo al habitáculo del Abarth 595, no queda otra que quejarse de la regulación del volante y del asiento o, mejor dicho, de la escasa regulación que ofrecen ambos.

De una parte, la rosca solo se puede regular en altura. De otra, el asiento solo puedes desplazarlo longitudinalmente, acercándote o alejándote del salpicadero/volante, y ajustando la inclinación del respaldo, lo que puede llevar a conducir con la cabeza por delante del pecho, es decir, una posición propia de paloma caminante.

Prueba del Abarth 595 Competizione

Eso por no hablar de que, si mides más de 1,80; lo más seguro es que te toque «replegar» cuello y tratar de bajar tu barbilla al máximo hacia el esternón para no llevar una postura de conductor de SUV/furgoneta de reparto, eso o saques los ojos por encima del deflector del techo… que no es plan.

¿Qué puedes conseguir una posición más o menos adecuada? Cierto, pero que también tienes que buscarla, más aún.  Volviendo al Mazda MX-5, se parece a él en ser uno de esos coches que, o bien te haces tú a sus características, o el coche no te lo va a poner fácil. O te adaptas, o te buscas otro juguete.

Entonces ¿es son un suplicio las plazas delanteras de un Abarth 595 Competizione? Para nada, es un jodido placer. Incluso, como copiloto que, dejando el asiento de delante para que yo mismo fuera, como verás más adelante, detrás, me quedé así. Ni tan mal ¿verdad?

prueba del Abarth 595C Competizione

Porque, además, como te decía, la unidad de la prueba del Abarth 595 Competizione era una con techo replegable hasta detrás de los reposacabezas posteriores, un Cabrio, vamos y, aprovechando las temperaturas moderadas de septiembre, que es cuando he hecho este test, he circulado casi siempre a cielo abierto. Un lu-ja-zo. 

Prueba del Abarth 595 Competizione

Si ya me gustó tanto el chasis como el hecho de rodar en un Fiat 500 Cabrio, si lo que nos encontramos es algo así como la versión crossfit hardcore de él, más aún. Porque, hay que sumar algo de lo que te hablaré, pero en el otro artículo, en el que trato sobre la conducción durante el test del Abarth 595 Competizione, y eso no es otro que el rugido de la bestia.

Las plazas traseras del Abarth 595 Competizione ¿realidad o ficción?

Cuando le describí a mi mujer qué coche tendríamos la semana de la prueba del Abarth 595 Competizione ya le avisé «pero vete tú a saber si detrás caben los niños» (mis hijos, una niña-espagueti de 136 de altura y un niño-fideo de 98 cm, ambos con sus respectivos SRI).

Cual fue mi sorpresa cuando, habiéndome ya desplazado con ellos sin problema para su asiento, movilidad y confort, quitando sus sillas y con los dos asientos delanteros regulados para mi altura, me posicioné detrás y… ahí tienes la foto, no solo cupe sino que lo hice con espacio como para viajar relativamente cómodo.

Prueba del Abarth 595 Competizione

Es más, habiendo viajado en este coche con varios adultos, incluso más altos que yo, doy fe de que detrás, con el techo cerrado, pueden ir dos personas, reales, incluso de mayor envergadura y algo más altos que yo, de manera aceptable.

Vamos, que las plazas traseras del Abarth 595 Cabrio son totalmente, ya no solo practicables, sino prácticas, útiles, utilizables.

¿Y cómo es el maletero del Abarth 595C Competizione?

Pues pequeño, dice la teoría que el maletero del Abarth 595 Cabrio es de 185 litros, pero ¿y eso qué quiere decir?

prueba del Abarth 595C Competizione

Pues que lo suficiente como para ser el coche para un lobo solitario y su maleta de cabina o sus bolsas de deportes o como para usarlo para ir a la compra del día y llenarlo de bártulos y bolsas.

La conducción del Abarth 595 Competizione descapotable

prueba del Abarth 595C Competizione

Ahora, y como te decía antes, si quieres saber más y ahondar sobre las sensaciones y, más aún, emociones que provocó mi test del Abarth 595 Cabrio Competizione, te invito a leer el artículo que doy cuenta de este apartado dinámico.

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