Prueba: Ford Bronco Badlands
4 junio, 2024Probamos el Ford Bronco Badlands, con el que la marca estadounidense recupera un nombre clásico para uno de los modelos más montaraces y aventureros que ofrece su catálogo.
Y es que un servidor, desde pequeño, había oído alguna vez nombrar el Ford Bronco, uno de los todoterrenos míticos de la firma del óvalo azul, que fue bastante popular en la tierra de las libertades allá por los años 70.
Aspecto exterior del Ford Bronco Badlands
Al igual que nos sucedió hace casi un par de años, cuando tuvimos la posibilidad de probar el Jeep Wrangler, otro todoterreno en el sentido más estricto de su definición, el Ford Bronco Badlands nos deja sin adjetivos. No es difícil, pues, buscar paralelismos entre ambos coches.
En cuanto a las dimensiones del Ford Bronco se fijan en 4.81 x 2.19 x 1.85m de largo, ancho y alto, respectivamente, lo que automáticamente lo convierten en un coche grande, enorme, no apto para todos los públicos ni para todos los lugares, más si se tiene en cuenta que la altura libre al suelo es de más de 26 cm (261 mm).
Llama poderosamente la atención su tono bicolor, en el que combina a la perfección el Gris Fighter Jet, como lo denomina la marca, con el negro de los aletines o el techo, que tiene cierta continuidad por la parte lateral trasera, o las barras del techo.
El frontal lo preside una parrilla con la denominación «Bronco» recorriendo la misma, y la rematan sendas luminarias de forma circular en los extremos, y con una línea, a modo de diámetro, que parte desde los faros hacia el centro de la parrilla.
Asimismo destacan sus llantas de un tamaño contenido, en 17″, albergando unos neumáticos BF Goodrich All Terrain en 285/70 R17, que se han mostrado bastante capaces en lo que a conducción fuera del asfalto se refiere.
Interior del Ford Bronco Badlands
Lo primero que hay que decir es que cuesta acceder al interior del Ford Bronco Badlands. No vendría mal que, al igual que sucede en otros coches de dimensiones similares, se incluyeran unas estriberas para poder colocar el pie antes de subir: esto lo hemos notado, sobre todo, al transportar a personas con escasa altura.
Por dentro, los lujos son totalmente innecesarios y prescindibles: solo encontramos una pantalla táctil de 12″, que incluye Android Auto y Apple Car Play como única concesión a la modernidad. Eso sí, cuenta con unos cuantos asideros con los que equilibrar los vaivenes de una buena jornada off-road (o ayudarse al salir o entrar del mismo).
El cuadro de mandos tras el volante es simple, con una pantalla rectangular junto a una esfera analógica tradicional que nos muestra la velocidad actual de nuestro Ford Bronco, de lectura sencilla y precisa.
Los asientos están realizados en símil piel, y resultan cómodos para hacer viajes con nuestro compañero de rutas, si bien resultan algo resbaladizos y no sujetan el cuerpo lateralmente. Eso sí, dispone de reglajes eléctricos con los que lograr la mejor posición posible.
Maletero del Ford Bronco Badlands
A la zona de carga del todo terreno se accede con una puerta metálica de apertura lateral, y tras pivotar hacia arriba el cristal trasero, nos encontramos con un maletero de unos 471 litros, bastante aprovechable, ya que cuenta con unas formas muy rectas, y sin cortinillas ni bandejas que limiten su capacidad hasta el techo.
En la práctica, hemos podido transportar el equipaje de tres personas sin problemas, además de poder llevar una bicicleta en su interior, toda vez que se ha hecho uso de sus asientos traseros abatibles en un 40/60.
Manejo del Ford Bronco Badlands en ciudad
Como ya podrá adivinar nuestro estimado lector, el Ford Bronco no se encuentra a gusto callejeando por las ciudades. Sus extremas dimensiones hacen que tengas que confiar en los sistemas ADAS para no llevarte el espejo retrovisor de los coches aparcados.
Tampoco es un coche frugal en cuanto al gasto de gasolina. Al carecer de cualquier tipo de hibridación y equipando un motor V6 EcoBoost de 334 CV de potencia y 563 Nm de par motor, el consumo del Ford Bronco no puede decirse que sea disparatado si tenemos en cuenta sus prestaciones, dimensiones y peso, alrededor de los 12-13 litros, lo cual no invita a tenerlo como coche habitual.
Y, por si esto no fuera poco, el ya mencionado «problema con el Ford Bronco» al acceder a su interior, complica aún más, si cabe, su uso como como medio único de transporte si se quiere utilizar a diario. Pero no, ese no debería ser su uso principal, o, al menos, no sería el uso que nosotros haríamos.
El Ford Bronco Badlands se mueve con soltura tanto en adelantamientos como en conducción por autopista. A pesar de sus 2.400 kg en orden de marcha, no se nota tosco en sus reacciones.
Al salir a carretera te sientes poderoso, mirando por encima del hombro al resto de SUV normales y corrientes que pueblan nuestras carreteras, e incluso puedes ver cómo el típico que invade una rotonda sin ceder el paso a los que se encuentran en el interior de la misma, se lo piensan varias veces al verte venir.
Conducción fuera de asfalto
Y es que aquí es donde el Ford Bronco Badlands nos muestra el porqué de su condición: se mueve magníficamente cuando nos alejamos del negro asfalto, que es donde se encuentra como pez en el agua.
La transmisión de la caja de cambio automática de 10 velocidades, hace que apenas nos tengamos que preocupar de nada cuando salimos fuera del asfalto, ya que el propio coche se encarga de todo.
Únicamente tendremos que hacer uso de la ruleta central, situada entre los asientos delanteros, que Ford denomina GOAT, «Goes Over Any Type of Terrain», que funciona en todos los terrenos. Dicha ruleta nos permite seleccionar diferentes modos de conducción, dependiendo de si nos movemos sobre tierra, barro, nieve u otras superficies resbaladizas.
Asimismo, el sistema GOAT de Ford permite al conductor seleccionar una velocidad de hasta 31 km/h donde el vehículo será el encargado de acelerar y frenar. Igualmente activa la cámara frontal que se proyecta de forma permanente en la pantalla y nos ayudará a ver el camino que tenemos por delante.
Para la realización de la prueba del Ford Bronco que lees hemos circulado desde por pistas no asfaltadas sencillas hasta otros caminos más complicadas, donde hemos podido circular sin problemas a bastante velocidad, y hemos bajado y subido por pendientes pronunciadas sin preocuparnos por dónde estaba pasando nuestro compañero de aventuras.
Lo que sí que haríamos, en nuestra humilde opinión, sería la inclusión de un cabrestante delantero, con el cual nos hubiéramos atrevido a «buscar bronca» en terrenos más agrestes o arenosos de lo que lo hemos hecho.
Conclusiones finales y precio
Sin duda alguna, el Ford Bronco Badlands es un auténtico todoterreno en el más amplio sentido de la palabra. Se puede circular por asfalto y fuera del mismo sin hallar mermas en su rendimiento en ambos terrenos, lo cual nos hace recomendarlo si buscas un vehículo de estas características.
Su consumo, aunque es elevado, no resulta excesivo, y nos permite una autonomía de unos 550 km, más que suficiente para viajar con fluidez sin depender de las gasolineras. Su motor V6 de gasolina obtiene la etiqueta C de la DGT.
Por último, el precio de nuestra unidad de pruebas parte de la nada despreciable cantidad de 79.598€ según el configurador de Ford, aunque, personalmente, añadiríamos un cabrestante para su uso y disfrute en conducción fuera de asfalto, que es para lo que ha nacido un coche como este.