Prueba: smart #1 Brabus, bravo, bravísimo

Prueba: smart #1 Brabus, bravo, bravísimo

21 febrero, 2024 Desactivado Por Miguel Lorente

Hacemos la prueba del smart #1 Brabus, un coche eléctrico con 428 CV y de 50.000 euros que se postula como la referencia en el segmento

Si no lo hago desde el principio, estallo. Y como ésta es mi web, me tomo la licencia de decirte que me duelen los ojos y me crea bilis tener que escribir durante la prueba del smart #1 Brabus tanto «smart» con minúscula como el «#1» o «etiqueta uno» porque me niego a usar el anglicismo «hastag uno» porque ahí ya sí que me entra un parraque y colapso.

Dicho lo cual, espero que disfrutes tanto de este texto como yo de haber conducido y vivido una semana con la visión del Smart 1 de Brabus.

Como ya introduje en su momento, la nueva etapa de smart como marca cada vez más desvinculada de Mercedes-Benz y más próxima a lo que entendemos como coches chinos de alta gama, por la capitalización del 50 % de las acciones por parte de Geely, le ha sentado francamente bien a los nuevos coches smart.

Y pluralizo y te avanzo que poco después de publicar esta prueba del smart #1 Brabus vamos a conocer de primera mano el smart #3, por lo que invitamos a que, si te interesa este nuevo coche eléctrico, te suscribas a nuestra newsletter al final de este artículo y te avisaremos de la publicación del artículo sobre el segundo coche de la gama de smart.

Pero volvamos a lo que te interesa que es que te dé mi opinión del smart #1 Brabus.

La estética del smart #1 Brabus

A pesar de tener una silueta que puede pasar por un compacto urbano como por un crossover raro, lo cierto es que, desde su frontal hasta su zaga, este coche, y más en este color, recaba miradas de propios y extraños.

A mí, particularmente, y mira que siempre dejo al lector que juzgue por su propio criterio la estética de todo coche, lo que más me ha gustado del aspecto del smart #1 Brabus es lo peculiar y exótico de su apariencia.

A pesar de que, teniéndolo delante y con tiempo para analizarlo por fin he rememorado a qué coche me recordaba la calcada solución del techo hacia el pilar c, alerón Brabus incluido, (pincha aquí para descubrirlo), todo lo demás, me ha parecido de lo más original y distinto que se puede ver ahora y se agradece en un mundo donde los coches cada vez son más iguales.

Ahora, que lo que mejor le sienta es, sin duda, el color rojo de su carrocería y destacan, también en rojo, unas pinzas de freno, delanteras y traseras, que se dejan entrever entre las llantas propias del equipamiento de Brabus del smart #1.

La habitabilidad, el confort y el lujo del smart #1 Brabus

He de reconocer que entre los puntos fuertes, entre lo que más me ha ganado durante la prueba del smart #1 Brabus, es su habitáculo. También te digo, según me dieron el mando, llave o como quieras llamarlo que abre el coche y permite encenderlo, me sentí un tanto abducido en una nave extraterrestre.

Mira que, por ejemplo y entre el que puede considerarse rival o alternativa del smart #1, me pareció disruptiva la del BYD Atto 3 que te permite hasta tocar el Smoke on the water mientras conduces, pero esta se me escapaba. Aunque te cuento, fue cuestión de minutos sentirme como en un molde.

Es más, un puntico fetiche que he de reconocerte, es lo mucho que me ha gustado acariciar el salpicadero, por sus formas, por su tacto ¡hasta por los pespuntes: MOLA!

Se ve muy enfocado a gente con unas exigencias muy altas, tanto en estándares de calidad como tecnológico, a pesar de que el gestor por comandos de voz, tanto en sus gráficos como en su procesamiento de la órdenes deje mucho que desear, detalles. Por lo demás, el halo vanguardista y de nueva era conectada y eléctrica de la automoción.

Ya te avanzo parte del final de este artículo, porque, teniendo en cuenta el mercado, con el precio del smart #1 Brabus, casi 50.000 euros según el configurador, desde dentro se justifican plenamente. Más, cuando te lo llevas de tramos.

La conducción del smart # Brabus

Si te decía que entre los rivales del smart #1, el BYD Atto 3 es uno de los que considero directo, de las alternativas al Brabus, desde los primeros kilómetros en carreteras secundaria se me vino a la cabeza el Cupra Born e-Boost que conduje, además, por la misma zona. Si bien la estética del Cupra me gusta más, la conducción del Brabus es más picante.

El smart uno Brabus es un coche que se muestra muy pero que muy bien configurado: es duro, va a aplomado, tiene una dirección muy precisa, un pedal de aceleración inmediato y sincronizado con el motor, algo justillo de frenos, eso sí, porque, con 428 CV y 543 Nm de patada, el coche despega según se te cae la suela en el pedal…

Ahora, si a eso le sumamos el edulcorante más absurdo de, lo que decía antes, la nueva era electrificada de los automóviles deportivos, que es el activar el sonido deportivo, el coche es redondo.

Que sí, que el motor de los coches eléctricos no emiten esos bramidos como los de gasolina, pero llegado a este punto de la película, ¿a quién le importa? A mí. A nosotros, por eso cuando probamos uno y más que lo lleva, somos aún más críticos.

Pero es que en este caso, hasta, de nuevo, mola (no como el caso del sonido absurdo del Abarth 500e…) el artificioso sonido del smart #1 Brabus te aporta un plus de motivación. Te genera una ilusión sonora muy lograda.


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A parte de eso, es un coche delicioso de llevarte a la sierra y hacerte curvas enlazadas, y si puede ser, con cambios de apoyo, mejor. Por lo demás, igualmente, como coche familiar, de diario, o habitual, va fenomenal, la verdad.

En ciudad el smart 1 se mueve bien, es ágil y no es especialmente grande por lo que se aparca en donde meterías ahora mismo, por ejemplo, un Peugeot 308, siendo algo más pequeño que un Cupra Formentor, sin ir más lejos.

Conclusión y opinión sobre el smart #1 Brabus

Me ha costado despedirme del smart #1 Brabus, la verdad. Ha sido uno de esos coches que sientes que están hechos para ti, concretamente para un grupo de usuarios concretos.

Que, a pesar de lo que ahora mismo supone comprar un coche eléctrico, y más si tiene pretensiones o argumentos, como éste, para calificarlo como deportivo, es hasta comprensible (428 CV, 428 CV… ¡428 CV, tú, nano!) por menos de 50.000 euros… pues tiene su (cierta) lógica.

Ahora, te metes dentro, vives con él como coche para el día a día, para sus rutinas, con tus acompañantes habituales (mi familia, encantada con el coche, por cierto. Si te vale de algo, mis hijos, de 9 y 4 años, han disfrutado tanto con los peinados nuevos que nos hemos hecho con él como viendo dar vueltas al zorrito de la pantalla – si te montas o haces la prueba de un smart #1 me entenderás -, incluso como por capacidad de carga cumple como coche de diario de una familia de hasta 4-5. El maletero principal del smart 1 no especialmente grande, por no decir que es pequeño (solo 273 CV), pero es práctico y utilizable por sus formas.

Llega el fin de semana, te calzas tus zapas racing y te desmelenas porque te lo llevas a echar un domingo de tramos por la montaña, te lo pasas pipa porque ¿se puede decir ahora «teta»?  y entonces vuelves a casa con una sonrisa boba, esa que está a medio camino entre «relajao» y de «excitao».

Lo aparcas, te hace un guiño con esas luces y entonces te tomas en casa la cervecita y el aperitivo sintiéndote como un campeón porque has disfrutado de un coche que MOLA (mogollón).

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