Prueba: smart #3 Brabus
5 noviembre, 2024Probamos el smart #3 Brabus, la versión más deportiva, extrema y emocionante de toda la gama del mayor de los modelos de la firma de coche eléctricos
En la prueba del smart #3 Brabus no te voy a volver a explicar porqué me sangran los ojos cada vez que escribo el nombre de esta marca en minúscula y el nombre con una almohadilla delante del número, a la vez, que me niego a decir hastag. Y no lo voy a hacer porque ya lo hice tanto en la el artículo con la prueba del smart #1 Brabus que ya probamos como en el de la presentación y toma de contacto del smart #3 a la que acudí.
Tampoco le voy a dar muchas vueltas a dirimir si este automóvil tiene una carrocería más propia de un coche SUV, como se vende, como una berlina compacta, que se homologa, o como engendro raro, que para mí es lo que es: ni un SUV, ni un compacto, ni todo eso ni tampoco lo contrario.
También te indico que voy a tratar de evitar hacer una comparativa entre el smart #1 y el smart #3 lo menos posible, aunque ya te digo que me va a costar, y, sobre todo, al final de este texto. Así que, vayamos a lo mollar, a la prueba del smart #3 Brabus.
La apariencia del smart #3 Brabus
A pesar del paso del tiempo y de subirme varias unidades, me costaba y me sigue costando diferenciar, a vuela pluma, el smart #1 del #3, sobre todo cuando se trata de versiones idénticas, como me sucede con los dos Brabus que he probado este año. Es solo desde el pilar B observo la caída del C y me delata si es uno u otro.
Que te guste o no, es una valoración personal. A mí me cuesta verlo, la verdad, pero también te digo que es un coche que me ha ido gustando a cada día que lo he tenido más, como el #1. Es muy raro de ver, sus formas y sus líneas son mayoritariamente curvadas, lo que le confiere una forma ovalada y dinámica.
En concreto, el smart #3 Brabus es la versión más deportiva del segundo modelo de esta marca, lo cual supone incorporar elementos exclusivos, amén de las chapitas del nombre del que fuera más conocido como especialista y preparador de Mercedes-Benz, los paragolpes con diseño propio, el capó con una entrada de aire en el centro, salpicaduras/toques en rojo distribuidas elegantemente, como la pintura que cubre las pinzas de freno que se ven entre los radios de las brutales llantas de 20 pulgadas, y la guinda del pastel es un espectacular techo panorámico que hace de cúpula del vehículo.
La habitabilidad y confort del smart #3 Brabus
En la puesta de largo del modelo elegí probar un smart #3 Premium con la intención de hacer un test a fondo del Brabus más adelante. Bien que hice.
Como te decía, al recibir el mando (feo, grande, poco práctico… sin duda una de las cosas que menos me gustó del smart #3, todo sea dicho de paso) y pulsar el botón para localizarlo en el parking, se me abrieron las puertas de un habitáculo ya conocido, tanto por como te decía haber conducido el Premium como que es muy similar, en su apariencia, al del #1.
Pero no deja de ser toda una experiencia placentera, empezando por sentarse en las plazas delanteras: los estupendos asientos deportivos, tipo backet, son comodísimos a la vez que unos aliados excepcionales cuando el modo Brabus es activado y empieza las emociones fuertes.
Comentado, como siempre hago, con la familia las impresiones a bordo del #3 Brabus, concluíamos mi mujer y yo que nos recordaban mucho, en todos los sentidos, a los de nuestra berlina familiar japonesa… y eso es un gran punto a favor (de ambos) ya que esta multifuncionalidad supone sentarse en unas butacas cómodas en desplazamientos rutinarios y en unos asientos deportivos cuando uno se enfunda los guantes de domingo de tramos.
Por otro lado, uno de los puntos fuertes, sobre todo en cuanto a las diferencias entre el smart #1 y el #3 más flagrantes o definitivas para quien dude de cuál le vendría mejor, es sentarse en la banqueta trasera de ambos y ver que, si bien en el pequeño el espacio es más que suficiente para viajar cómodamente, en el más grande el espacio, literalmente, se duplica.
Ajustado el asiento del conductor a mi gusto, sentado yo mismo detrás me sobraba todo este espacio entre el respaldo y mis rodillas.
Luego, la libertad de movimiento del tronco y cabeza, es absoluta, aumentando gracias a la cúpula acristalada sobre la testa de todos los ocupantes.
Más, la banqueta posterior del smart #3 ofrece espacio para 3 ocupantes, totalmente reales, siempre y cuando se tenga una talla no excesivamente grande ni de envergadura ni de altura, por ejemplo, la de quien firma esta prueba, que sentado incluso en la plaza central, gracias al suelo plano pude colocar mis pies sin problemas (y eso que gasto un 45) entre las otras 4 plazas.
Si nos vamos más atrás, en cuanto al maletero del smart #3 Brabus, el principal, el que se encuentra tras los asientos posteriores, nos encontramos un cajón con una capacidad teórica de 370 litros, que, dicen poco de por sí, pero sobre todo gracias a su profundidad, dan para mucho.
Luego, para pequeños bultos, muy pequeños, hay uno en el capó de solo 15. En el habitáculo, bajo el puente central, hay una espaciosa oquedad donde poder meter una pequeña biblioteca portátil, por ejemplo. Y no es broma.
La conducción del smart #3 Brabus
Igual que manifesté tras acabar el préstamos del BYD Seal Excellence AWD es, de momento, el mejor coche (eléctrico o no) que he conducido este año, que ya en el artículo con la prueba del smart #1 Brabus que también conduje este año dije que ese coche me encantaba, y que no sé el motivo pero tanto con el que acabo de citar como durante todo esta semana de test del smart #3 Brabus, me ha venido a la cabeza compararlo con el Cupra Born e-Boost que tan buen sabor de boca me dejó, habiendo tenido mis posaderass sentadas y mis manos y mis pies apoyados dirigiendo estos y otros coches, que si bien no son rivales directos o totalmente equiparables, tengo la sensación de que mi experiencia probando coches me permite la licencia de poder dar mi opinión sobre el smart #3 Brabus, ésta podría resumir con que conducirlo ha sido un placer. En todos los sentidos y en todos los momentos.
Como es habitual en la arquitectura de los coches eléctricos, dado que la batería se equipa en el piso del coche, la estabilidad es una realidad impepinable, ahora, si además equipas dos motores, unos de 100 kW y otro de 200, un sistema de tracción integral y un kit específico Brabus para el conjunto, la mezcla es de locura.
La aceleración desde parado me recordó bastante a la inmediatez del Polestar 2 Performance Pack que probé, la estabilidad en/y por paso por curva al citado Cupra Born, el lujo, más próximo al Jaguar I-Pace que al opulente BYD Seal, pero lo que me quedó patente en los días que ha durado la prueba del smart #3 Brabus es que este coche ha cumplido en todos los ámbitos en los que analizo cada coche que pruebo.
Me ha valido como coche de rutinas (llevar al cole a los niños, ir a las faenas propias de un adulto, ir a visitar a la familia, ir a hacer la compra de la semana…), me ha satisfecho para hacer desplazamientos de media distancia (es verdad que no he hecho un largo viaje, cierto, pero con 415 km de autonomía homologada -que por lo que he comprado, a duras penas podrían ser unos 350 km de real- ni me lo he planteado ni tampoco creo que haya mucha gente se plantee comprar un smart #3 Brabus para eso) y, sobre todo, me ha servido como coche con el que divertirme.
A todo esto, tras los 4 días conviviendo con este coche, tras los algo menos de 250 km recorridos en él, el consumo eléctrico del smart #3 Brabus usado en este test quedó ligeramente por encima de 15 kWh, por debajo de los casi 18 que homologa el fabricante.
Valoración y opinión sobre el smart #3 Brabus
Es un coche que, en teoría (y en la práctica) no es nada barato. El precio de un smart #3 Brabus se pone en unos 52.000 euros.
Ya reflexioné y dejé por escrito en su momento que desde hace meses no me atrevo a decirle a nadie que por ese precio si un coche X merece la pena, ahora, lo que sí te digo es que, si yo tuviera la necesidad, o mejor, el capricho, de buscar y comprar un coche eléctrico así, tuviera ese dinero y el presupuesto no fuera una prioridad, optaría y mucho con hacerme por uno. Y con eso creo que lo he dicho todo.