Prueba: Suzuki Ignis, un 4×4 híbrido ¿para el campo o para la ciudad?

Prueba: Suzuki Ignis, un 4×4 híbrido ¿para el campo o para la ciudad?

21 noviembre, 2022 Desactivado Por Miguel Lorente

La prueba del Suzuki Ignis 4×4 híbrido en asfalto y tierra nos lleva a la conclusión de que rivaliza contra muchos pero es único en sí mismo

Suzuki revisó toda su gama híbrida ligera en 2020, de hecho, la unidad para la prueba del Suzuki Ignis Hybrid que os presentamos fue matriculada en aquel año, a pesar de eso, se muestra más que bien mantenida y en buen estado.

Suzuki Ignis Hybrid, un coche urbano, hasta cierto punto, fuera de lo corriente

Este modelo vino a ser el refresco del presentado en 2016, un coche que, estéticamente, no deja indiferente a nadie y, para gustos, los coches que nos compramos.

Por un lado, pasa por ser un monovolumen elevado muy al estilo «kei car» japonés, por ello, pasa por un SUV urbano pero, al equipar la nuestra el sistema All Grip y una suspensión que eleva la carrocería del suelo de manera significativa, podría entenderse como una especie de todoterreno. Y es que este coche es todo eso a la vez y nada de ello en concreto. Y me explico.

Por sus dimensiones, sobre todo, la anchura (3,70 de largo;  1,61 de alto y 1,69 de ancho) le permite homologar 4 plazas pero, mientras que por fuera es un coche pequeño, muy pequeño, ideal para meterse en pleno centro de la gran ciudad, junto con su generoso diámetro, puede maniobrar en un «palmo» y/o así meterlo en un hueco ligeramente mayor al de su propia longitud con poco esfuerzo.

Además, para asegurarnos de su utilidad, durante la semana que ha durado la prueba del Suzuki Ignis, los casi 300 km recorridos han sido en un 80 por ciento en vía urbana, un 10 en vía interurbana y otro 10 en vía rápida.

En ciudad, el motor 1.2 híbrido ligero de 83 CV y asociado a la tracción total se comporta de manera correcta. No se muestra potente pero tampoco perezoso, es progresivo y se agradece el uso de una caja de cambios manual, como la que equipa este ejemplar, a pesar de que una de tipo CVT pudiera hacer menos cansado su conducción en, sobre todo, la ciudad, pero, para mi gusto, cuanto más lejos tenga un CVT, más feliz soy.

Respecto de los consumos del Suzuki Ignis 4×4 Hybrid, en vía urbana el coche ha marcado un gasto de 5,4 litros a los 100 km.

En trayectos entre localidades hechos por una vía limitada entre 70 y 90, el gasto de combustible se quedó en 4,2 mientras que, en más vías rápidas, el coche subió hasta los 5,8.

Es en este último tipo de desplazamientos es en los que se hace más patente la baja insonorización que este coche equipa, algo que, en uso metropolitano es totalmente secundario debido a la propia naturaleza del desplazamiento.

Un coche urbano de 4 plazas, mejor que ofrecer 5 y una de postín

Pese a esto, la habitabilidad del Suzuki Ignis es más que correcta, a pesar de contar con materiales muy sobrios, el rematado es bueno (salvo en las orejeras de los asientos delanteros que parecen haber quedado despegadas, si bien es algo que se entiende que está establecido conscientemente para dar mayor amplitud a espaldas más anchas que, al menos, la mía, de tallaje medio) con algunos detalles propios del acabado GLX que alegran algo el habitáculo.

Respecto de tallas, con mi estatura (1,80), he podido reglar más o menos a mi gusto la posición de conducción, no así la del copiloto que si regulaba las plaza delantera derecha para disponer de espacio libre para mis rodillas en la trasera del mismo lado, delante me quedaba pegado al salpicadero sin poder prácticamente moverme.

Respecto de estas banquetas traseras, viene uno de los aspectos más interesantes y positivos que extraigo de la prueba del Suzuki Ignis que es la configuración longitudinal de los asientos posteriores.

Las plazas posteriores se asientan sobre unas guías que se pueden desplazarse hacia delante o hacia detrás para dar mayor cabida a los bultos alojados en el maletero del Ignis híbrido ligero , así, cubica 209 litros, lo que le supone 56 respecto de la versión 4×2.

El espacio para la carga en el maletero del Suzuki Ignis 4×4 Hybrid es pequeña pero se aprovecha bien, dando capacidad para alojar, por ejemplo, desde la compra semanal, hasta, desplazando las banquetas traseras al máximo, a una maleta de tamaño medio, pero con la consecuente reducción del espacio de los hipotéticos ocupantes de estos asientos posteriores.

Por otro lado, la distancia de su carrocería al suelo resulta ideal a toda esa gente que se compra un SUV por facilidad de ascenso y descenso.

Este hecho, junto con el de contar con tracción integral, cuanto menos lo supone apto, orientado o predispuesto para un uso relativamente campero, nada más lejos de la realidad. Como se indica en el manual de uso, este vehículo 4WD no es un todoterreno, para eso, la marca, por ejemplo, propone como poco el Suzuki Jimny que probamos.

El sistema All Grip de Suzuki lo que hace es mejorar la tracción sobre asfalto, sobre todo, cuando el suelo está deslizante. Algo que hemos podido comprobar en estos días lluviosos de otoño en el que hemos hecho la prueba del Suzuki Ignis que nos ocupa.

Pero también vamos a reconocer que, pese a esta recomendación, me he llevado el Ignis por tierra .

¿Es el Suzuki Ignis 4×4 un todoterreno?

Ya nos advierte el fabricante que no y menos usando las ruedas que lleva si el suelo no es asfaltado pero ¿es un coche urbano para irse al campo? Visto lo vivido, sí, relativamente.

Por ejemplo, me he ido a una zona de huertos urbanos próxima a mi domicilio a los que se llega por unos caminos de tierra a metros compactada, a metros rota, a metros embarrada, a metros cubierta de grava… es decir, de todo un poco pero nada parecido a una aventura off-road.

En esta situación, el Ignis 4×4 híbrido se comporta realmente bien, es cómodo, útil y efectivo, sobre todo es un tipo de coche de esos que no duele meter por caminos porque puede.

Conclusión y opinión del Suzuki Ignis

Según el configurador de la marca, el precio del Suzuki Ignis más barato parte de 16.304, el GLE 1.2 Hybrid, por los 19.590 del 1.2 4×4 Hybrid manual que hemos probado, diferencia bien justificada para mí, siempre y cuando se tenga en cuenta el punto definitorio a su favor.

Porque, si tirar cohetes, este coche me ha gustado pero tanto como, por ejemplo, el Fiat Panda Hybrid o el Mitsubishi Space Star, ya que me da la impresión de cada uno es mejor que el otro en según qué aspecto.

Tengo claro que solo optaría por él si me plantearía comprar el Suzuki Ignis 4×4 si buscara un coche urbano con etiqueta ECO, cosa que el Mitsubishi carece pero, a la vez tuviera que meterme por terrenos fuera del asfalto, algo que a lo que el Fiat debería enfrentarse con menor eficacia y confort.

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