Prueba: BYD Dolphin Design
15 marzo, 2024Probamos el BYD Dolphin, el modelo de acceso a la gama de coches eléctricos de BYD. Un turismo de unos 420 km de autonomía, más de 200 CV y un precio de unos 35.000 euros
Tras la introducción de la marca en España con el trío de modelos Han, Tang y el Atto 3, BYD anunció la llegada de nuevos coches que incorporaría a su catálogo.
De hecho, informaba de la inclusión de un coche eléctrico más barato que su Atto 3, un SUV compacto con cierto aspecto de crossover y que pudimos probar el verano pasado y que tan buena impresión me dejó, que sería el que hoy nos ocupa: el BYD Dolphin.
El BYD Dolphin es un turismo compacto con ambigua definición estética ya que, de una parte, podría parecerse a aquellos monovolúmenes del segmento B de hace más de 20 años, con trazos propios de tradicionales utilitarios del C y con una relativa aspiración a mostrar una carrocería próxima a la de un SUV-crossoverizado (si se me permite el palabro…) de nuevo cuño.
Un coche que se suma a la nueva ola de carrocerías «extrañas» como la del Volkswagen ID.3, Renault Mégane, Citroën C3… o, incluso, el más claro de los rivales del BYD Dolphin que se me ocurre que es el MG4 Electric, que ya Rubén lo definió como SUV en la prueba que hizo, y que yo sigo viendo un turismo compacto…
En cualquier caso, este coche eléctrico es un turismo cuyas dimensiones (4,29 x 1,77 x 1,57 de largo, ancho y alto, respectivamente) se homologa para poder transportar hasta 5 pasajeros.
La habitabilidad del BYD Dolphin
El habitáculo del BYD Dolphin da bastante más de sí de lo que pueda parecer desde fuera.
Empezando por las plazas traseras, son suficientemente espaciosas para dos adultos, tres, de manera circunstancial, y totalmente válidas como coche familiar con el que llevar adelante las rutinas diarias de una familia urbana con tus hijos y sus correspondientes sillas, como es mi caso, ancladas al ISO Fix.
Los asientos delanteros del Dolphin ofrecen igualmente un confort óptimo, buen agarre y mejor ergonomía para echar horas sobre ellos.
En cualquier caso, el diseño y la calidad de los interiores del BYD Dolphin son, de una parte, sin ir más lejos, más modestos, en todos los sentidos que, por ejemplo, el BYD Atto 3, pero muy agradables a la vista y al tacto. Da una impresión de que, sin ser materiales de altísima calidad, al menos si aportan una resistencia digna al paso del tiempo y de los kilómetros.
Se puede decir que es un coche con un diseño interior sobrio, pero elegante, modesto, pero lustroso, es decir, un ten con ten.
Lo que menos me ha gustado del BYD Dolphin, la mayor pega que le pongo a este coche es el triángulo acristalado entre el pilar A y la ventanilla de la puerta delantera que, junto con un retrovisor muy voluminoso, crea una zona, si bien no es ciega, de visibilidad complicada que entorpece el dominio de los 180 grados que desde los asientos delanteros se debería tener, obligándome, en algunas ocasiones, incluso en marcha, a moverme y despegarme del respaldo para sortearla y ganar información.
El maletero del BYD Dolphin ofrece 345 litros bastante bien aprovechados, suficientes para llevar una buena compra del supermercado, algo limitado para transportar bultos como maletas más grandes que una de volumen intermedio
El dinamismo del BYD Dolphin
En la prueba que he hecho, durante los 7 días en los que he utilizado como coche de diario el BYD Dolphin he recorrido más de 300 kilómetros. La mayoría, por ciudad, pero, aproximadamente, un tercio en recorridos interurbanos. De esta forma, el coche me ha transmitido una muy buena impresión.
Empezando con que equipa el motor de BYD de 150 kW de potencia, es decir, algo más de 200 CV, que se dirigen al eje delantero, a pesar de sus 1.658 kg de peso en vacío (que se pueden ir con facilidad casi a las 2 toneladas como vayan 4 adultos dentro), se mueve bien.
De hecho, yendo solo, sin ser explosiva, su aceleración desde parado o baja velocidad para incorporarse a vías rápidas, da de sobra para entrar a un ritmo similar al del resto de vehículo o de adelantar en carreteras secundarias sin comprometerse en ello.
Con tres modos de respuesta del motor, Comfort, Eco o Sport, se puede vivir perfectamente en el Eco y activar de vez en cuando el Comfort para sacarle algo más de potencia.
Por otro lado, dado su chasis y la distribución del peso, no se puede decir que tenga un carácter ni de lejos deportivo, pero sí un dinamismo muy estable y equilibrado.
Me ha gustado conducir el BYD Dolphin tanto en ciudad, por sus cotas, sobre todo, adecuado para ir de aquí para allá sin sufrir mucho buscando, aparcando y desaparcando, como para moverme entre localidades. Lo que me ha saturado es tanto pitidito y aviso de los omnipresentes ADAS… que si objetos próximos a los ángulos muertos, que si tráfico cruzado, que si excesos de velocidad… (malditos cambios de 50 a 30 km/h constantes en vía urbana)
En cuanto al consumo del BYD Dolphin, la media se ha quedado en 16,7 kWh/100 km, por los 15,9 que homologa. En teoría ofrece unos 430 km de autonomía, un buen dato, a tenor de la que fija el coche eléctrico con más autonomía del mercado pero, a la finalización del test, dudo que hubiera podido llegar a 400, según mi actividad con él.
A todo esto, una electricidad que ha visto contenido su uso debido a que el coche duerme en garaje y en pocas ocasiones he recurrido ni a la calefacción ni a los asientos calefactables, pero que ni he renunciado a desplegar y recoger la cortinilla eléctrica del espectacular techo acristalado que cubría el habitáculo del coche, ni tampoco al uso del que, para muchos interesados podría ser su mayor atractivo, el sistema de info-entretenimiento y gestión del coche, a través de la pantalla ajustable al gusto del usuario como, digamos, TV, digamos, como tableta, de la consola central (que eso sí que es entretenimiento, sobre todo si quieres que tus hijos estén distraídos en los ratos de espera y aburrimiento infantil)
Opinión sobre el BYD Dolphin
En general, y como conclusión y opinión sobre el BYD Dolphin me deja un buen sabor de boca.
Es un coche que, aunque estéticamente por fuera no me gusta especialmente, pero para que te guste o no, ahí estás tú como, entiendo, futurible comprador, lo que realmente me ha gustado es estar dentro de él.
Tanto en los ratos de espera y análisis del habitáculo como durante los kilómetros conduciendo el coche, la sensación que me deja es de ser un coche muy coherente con el precio que se pide por él, desde poco más de 35.000 para el acabado Comfort y desde unos 37.000 para el acabado como BYD Dolphin Design, como el que he tenido.