Prueba Suzuki Jimny Pro: un juguete para niños grandes

26 agosto, 2022 Desactivado Por Ruben Amancio

Os ofrecemos la prueba del Suzuki Jimny Pro, un auténtico todoterreno que nos ha encantado y con el que nos lo hemos pasado muy bien.

El rey ha muerto, viva el rey. Pensaron muchos ingenieros que vieron como en 2018, con la llegada de la homologación de emisiones de CO2 se cargaba, si bien no un cuantioso repositorio de vehículos, sí unos insignes entre los que aparecía la última generación de este vehículo, del Suzuki Jimny 2018. El grandísimo todoterreno, perdón, el enorme pequeño T-O-D-O-T-E-R-R-E-N-O que sufría la inquisición de la climatología y veía como debía desaparecer de los catálogos de Suzuki… pero solo por un tiempo.

Porque esas magníficas mentes ingenieriles se dieron cuenta de que, haciendo un par de retoques por allí y por allá, el Jimny de 4 plazas podría mantener las principales y seguir vendiéndose bajo la homologación de vehículo comercial, es decir, furgoneta. Sí, sí, porque el Suzuki Jimny Pro, es un vehículo comercial ligero, tal y como lo vende la propia marca incluso describiéndolo como «tu mejor compañero de trabajo»

Sea como fuere, para vestirlo como si de una furgo de reparto ideal para llevar un paquete hasta el mágico enclave astur de As Veigas se tratara, además de perder la banqueta trasera se le añadió una red metálica fija que diferenciara la cabina del espacio de carga (que con unos cuantos giros de destornillador pueden acabar cayéndose sin haber querido como se cae la placa de la L a los conductores noveles cuando les para la Benemérita, por ejemplo, sin querer siempre) y voilà.

El Suzuki Jimny Pro visto por fuera

Exteriormente nos encontramos con que el diseño del Jimny comercial es limpio, sin extravagancias, con tendencia a usar las líneas rectas de forma armoniosa, y que le dan un aspecto de coche sólido, duro, resistente.

En su parte frontal cuenta con una parrilla con cinco lamas verticales de buen tamaño, y que están rodeadas por dos faros redondos que rompen con el diseño rectilíneo y que le sientan de maravilla.

El lateral, con unos grandes y anchos aletines, recuerda al Mercedes clase G, y le confieren al pequeño Suzuki Jimny comercial un aspecto imponente, jugando con la ilusión de un tamaño más grande de lo que verdaderamente es: mide 3.64 m de largo, 1.64 m de ancho y 1.72 m de alto.

La parte trasera la forma el portón de apertura lateral, y que cuenta con una rueda de repuesto situada en la parte izquierda, al estilo de los más puros todoterrenos.

El Suzuki Jimny Pro por dentro

No nos vamos a engañar: el interior es el de un vehículo de trabajo. Es ahora cuando se asemeja más a una furgoneta que a un todoterreno de los que hay en el mercado. Y esto no es malo, ya que va en consonancia con el «rollo industrial» que le han conferido al Jimny Pro.

Tras el volante (por cierto, calcado al del Swift que probamos hace poco), nos encontramos un cuadro con dos esferas grandes con un aspecto ligeramente anticuado, pero que personalmente me han parecido un acierto dado el tipo de coche ante el que nos encontramos, y que me ha recordado a anteriores modelos como el Suzuki Samurai.

Llama la atención el uso de un aparato de radio convencional, y que incluso incorpora un lector de CD, si bien cuenta con Bluetooth y con conexión por USB, en una mezcla entre el pasado y el presente que está bastante bien logrado.

No cuenta con climatizador, sino con un aire acondicionado de funcionamiento más que correcto para estos días de calor, incrementando así el aspecto comercial de este Suzuki Jimny Pro.

Al volante de un Suzuki Jimny comercial ligero

Nada más comenzar la prueba del Suzuki Jimny Pro entré en su habitáculo y me invadió una sonrisa tontorrona: me gusta. Me gusta ese aspecto de vehículo industrial, ese aspecto de coche diseñado única y exclusivamente para lo que es: para ir al campo.

El habitáculo es recogido, pues está limitado por la malla trasera que separa los dos asientos delanteros del maletero, y apenas puedes retirar el asiento unos pocos centímetros, aunque, eso sí, cuenta con calefacción en los asientos, un detalle de equipamiento que no te esperas.

Así es: por carretera cumple, de hecho puedes ir de viaje con él, sin pretender ir a grandes velocidades, pues este coche no está pensado ni homologado para esos menesteres, sino que ha sido elegido por la gente de Suzuki para buscar la diversión fuera del asfalto.

Dicho y hecho: buscamos un camino cualquiera, intentando que tuviera alguna mínima complicación, engranamos la reductora y el coche empieza a trepar por los riscos como si se tratara de una cabra montesa. Aquí, en este tipo de terrenos, es donde comprobé durante la prueba del Suzuki Jimny Pro que se siente como pez en el agua.

Si tuviera que definirlo con una palabra, aparte de divertido, esa sería sorprendente. Sí, sorprende porque, si bien su aspecto ya nos indica que es un coche que se puede mover muy bien fuera de la jungla asfáltica, una vez que lo sacas de allí se transforma en un coche muy capaz.

Conclusiones finales

¿Me lo compraría? Sí, sin duda alguna. Aunque, como ya hemos dicho, se trata de un vehículo para viajar sin prisas por carretera y que, en cuanto pisa fuera del negruzco alquitrán, se transforma en una máquina de crear sonrisas, un coche súper divertido y muy capaz que me ha dejado con un gran sabor de boca, y con ganas de más.

Si tuviera la posibilidad de mejorarlo, sin duda le buscaría unos neumáticos de tacos específicos para campo, quizá una suspensión que lo levantara un poco más, y con eso ya tendría el coche perfecto para trepar por donde quiera, sin complejos, como un gran todoterreno.

El precio del Suzuki Jimny Pro en España, según el configurador de Suzuki, es de 21.508€, una cantidad que nos parece muy, pero que muy competitiva y más dentro del feroz mercado de los TT del que, ya te avanzamos, que en septiembre probaremos y escribiremos sobre uno de los iconos de la nueva era por lo que, no te olvides de suscribirte a nuestra Newsletter para estar informado de nuestras últimas novedades.