Prueba y opinión del DFSK F5, una declaración de intenciones

Prueba y opinión del DFSK F5, una declaración de intenciones

15 julio, 2021 Desactivado Por Ruben Amancio

Esta es nuestra opinión del DFSK F5 tras conducir varios km a bordo de este todocamino que aspira a ser una suerte de SUV premium low cost, hablamos largo y tendido de un modelo que quiere hacerse un hueco en un segmento apto para pesos pesados. ¿Lo conseguirá?

La prueba del DFSK F5 se inicia justo una semana después de haber puesto mis manos tras el volante del DFSK 580 del que hablábamos largo y tendido recientemente, otro de los modelos que la marca chinamarca china nos trae a nuestro país de la mano de Invicta Motors.

¿Cómo es el DFSK F5 por fuera?

Al igual que nos sucedió al ver el 580 por vez primera, en seguida se vienen a la mente diferentes coches en los que se han inspirado a la hora de diseñar el DFSK F5. Por delante, y sobre todo viendo la enorme parrilla, las reminiscencias de Mercedes son claras. Pero en cuanto ves el coche de lado, con ese aspecto de coche más «afilado» (me niego a juntar las palabras «SUV» y «coupé» en la misma frase), te recuerda indudablemente a un Audi, o incluso, a un Porsche Macan. Y sí, llama la atención: asistimos a una quedada en el Chanoe, y atrajo más de una y de dos miradas curiosas, de gente preguntando qué era y diciéndome que si le quitas la pegatina trasera de DFSK (sí, he dicho bien, las letras van puestas como un vinilo cualquiera, y se estaban empezando a despegar) y le pones la de «SQ8» daría «el pego» perfectamente.

Por fuera, el DFSK F5 mide 4.685 mm de largo, 1.865 mm de ancho y 1.645 mm de alto. Pero gracias a la caída trasera del techo daba la sensación de ser un coche más pequeño que su hermano el 580, aun midiendo exactamente lo mismo de largo. Digamos que trasmite una idea de ser un coche mucho más dinámico por la susodicha caída del techo.

¿Cómo es el DFSK F5 por dentro?

Curiosamente, para dar forma a nuestra opinión del DFSK F5, por dentro no es una copia directa de otros coches, como sí lo es el 580, remedando controles y botoneras de BMW y Mercedes. Nos encontramos, pues, ante un salpicadero decorado con símil carbono (que, por cierto, deslumbra cuando recibe directamente la luz del sol sobre él) y una pantalla integrada en el salpicadero y orientada hacia el conductor, tal y como BMW se encargó de hacer allá por los años 80 y 90.

Sin embargo, justo debajo de la pantalla que sirve a su vez de navegador (incorpora la navegación de iGO), aparece una especie de pantalla, gobernada por el logo «Fengon» (que también aparece «grabado» en los asientos) que engloba los botones «táctiles» del climatizador y una mini pantalla tipo calculadora científica donde puedes ver la temperatura seleccionada. Señores fabricantes: por favor, vuelvan a los botones físicos. No resulta nada agradable tener que apartar la vista de la carretera (además de ser peligroso) para tener que seleccionar la temperatura deseada. Ah, por cierto, el climatizador del F5 es solo monozona, así que si viajas acompañado de una persona friolera, te tocará pasar calor.

La opinión del DFSK F5 que nos hemos llevado, en cuanto a la calidad percibida, es que se trata de un coche que sin duda entra por los ojos. Lo primero que se aprecia es esa profusión de «cuero» por todas partes, incluyendo la parte superior del salpicadero, además del símil carbono al que nos hemos referido anteriormente. Pero una vez que te acomodas en sus asientos ves que son estrechos, que no son aptos para caballeros fornidos. Y, tras alrededor de una hora conduciendo, he empezado a sentir dolores en el cuello, derivados de una mala postura al no poder reposar la espalda adecuadamante.

Al igual que su hermano el 580, el DFSK F5 nos ha dejado con la sensación de que hay bastante trabajo por hacer. Si bien está bastante mejor rematado que el otro modelo, da también la sensación de que los plásticos se acabarán pelando con el paso del tiempo. Incluso la alfombrilla del conductor, muy aparente con un aspecto de Velours, acababa doblada tras un rato de uso, colándose por debajo del acelerador y dificultando el poder pisar a fondo dicho pedal.

Sistemas de infoentretenimiento

En cuanto a la pantalla multimedia le falta fluidez, como si fuera una tablet de gama baja, con poca memoria RAM. Le pasa lo mismo que al DFSK 580, que al sintonizar las emisoras de radio de forma automática llega hasta un punto y deja de sintonizar, siendo poco intuitivo para buscar emisoras con menor alcance. Una vez que emparejas el teléfono a través del Bluetooth, puedes escuchar música seleccionando dicha fuente (que, dicho sea de paso, no «memoriza» la última fuente usada, sino que cada vez que arrancas el coche sintoniza la radio). El sonido se escucha bajo, y casi mejor que sea así, puesto que cuando le exiges al sistema multimedia «colapsa» y solo se escuchan sonidos distorsionados a través de los altavoces.

Y otro punto mejorable y que refuerza nuestra impresión y opinión del DFSK F5, sin lugar a dudas, es el apartado de navegación. No porque le falte fluidez, que también, sino porque no es nada intuitivo su uso: cuando lo estás usando, oculta la «barra de herramientas» y tienes que mirar sí o sí a la pantalla si quieres hacer algo como, por ejemplo, detener la navegación a un lugar. Cosa que, por cierto, me llevó alrededor de cinco minutos al no encontrar la forma de salir de un destino anteriormente programado (que aún estaba en marcha después de haber apagado el motor) y poder seleccionar el nuevo. De nuevo hago un llamamiento a la inclusión de botones físicos, o al menos, una forma más sencilla para salir de la navegación, con una tecla virtual que esté siempre presente en la pantalla y no se oculte.

¿Cómo se comporta dinámicamente?

Al igual que el DFSK 580 que probamos, del que dijimos que en ocasiones desesperan su reacciones, el DFSK F5 es un coche tosco a la hora de conducirlo, a cuyo motor 1.5 turbo de 137 cv de origen Mitsubishi se le une un cambio CVT lento, bastante rumoroso en cuanto se le exige pasar del ámbito de las 2.500 rpm y con tendencia a «dejarte vendido» si quieres salir desde parado con cierta celeridad (como, por ejemplo, a la hora de entrar a una rotonda). Una vez que eres consciente de ello, aprovechas la inercia para no quedarte parado y salir con cierta soltura de los atolladeros.

Hablando del CVT, me resultó llamativo que, tras haber probado tanto el 580 como el F5, el modo Sport es puro postureo: el cambio va exactamente igual, y el motor comienza a sentirse más de lo deseado a nivel sonoro, a la vez que empieza a decaer su rendimiento a partir de las 4.000 rpm, un rango poco habitual en coches de gasolina, y más si, como yo, estás acostumbrado a coches atmosféricos que empiezan a dar lo mejor de sí mismos a partir de las 3.500 rpm y hasta las 6.000 aproximadamente. Aquí, poco después de sobrepasar las 4.500, se aprecian tirones, como si te estuvieras acercando al corte de inyección.

En autovía gana velocidad poco a poco, con lo que también hay que tener especial cuidado a la hora de incorporarte a las vías rápidas, pues en ocasiones puede que no te dé tiempo a ponerte a la velocidad mínima a poco que el carril de aceleración sea corto.

Sin embargo, para mejorar la sensación y opinión del DFSK F5, me sorprendió para bien su comportamiento en carreteras secundarias, en contra de lo que se podría esperar de un coche grande y alto como este. Es un coche que no presenta balanceos excesivos de carrocería a la hora de afrontar las curvas, y aunque no es su hábitat natural, puedes irte a dar una vuelta por carreteras de curvas sin que el coche te ponga en excesivos aprietos.

En cuanto a los consumos, se agradece la inclusión del depósito de GLP oculto bajo el suelo del maletero (el lugar donde la mayoría de coches incluyen la rueda de repuesto). Gracias a ese depósito secundario hicimos unos 400 km sin gastar apenas gasolina, y una vez agotado, hicimos unos 250 km más con la mitad del depósito de gasolina aproximadamente, por lo que intuimos que llegar a unos 800 km de autonomía puede ser bastante factible, lo que no está nada mal para un coche del tamaño del DFSK.

Otros aspectos de interés

En lo relativo al maletero del DFSK F5, sin ser excesivamente grande (379 litros), resulta bastante aprovechable, y si abates los asientos, puedes incluso meter dentro una bici de tamaño medio. No fui capaz de meter la bici sin quitar la rueda delantera debido a una boca de carga estrecha (y un portón con una altura limitada), pero caber, cabe perfectamente en el habitáculo. Por cierto, todo un detalle la inclusión de cadenas de tela, a pesar de ir calzado con unos neumáticos Chaoyang para todo tiempo.

En el maletero del DFSK F5 cabe una bicicleta, tal y como pudimos comprobar.

Compensando la sensación y opinión del DFSK F5 en algunos apartados de confort y tecnología, en ciudad se agradece la inclusión de la cámara de marcha atrás junto con los sensores de aparcamiento delanteros y traseros, aunque personalmente no me guste que cuando introduces la marcha atrás quite el volumen de la música completamente (de ser así, preferiría que pausase la reproducción para continuar escuchando la música una vez termines de completar la maniobra). Eso sí, el radio de giro del coche es bastante amplio, cosa que hay que tener en cuenta si quieres cambiar de sentido y hacerlo de una sola vez, sin hacer múltiples maniobras.

Conclusiones finales y opinión del DFSK F5

Si me pidieras consejo sobre adquirir este coche, te diría que, si bien no sería mi primera opción de compra, es un coche que es distinto a todo lo que se ve (obviamente no llevas un Mercedes, un Audi o un BMW), y que llamará la atención puesto que tiene un diseño curioso que recuerda a marcas premium.

Sin embargo, es un coche que tiene un precio alto de salida pero asequible si lo comparamos con su competencia, unos 29.000€, esto es, un SUV de menos de 30.000 euros. No, no es un Dacia Duster, ni tampoco pretende serlo: es un coche de aspecto aspiracional, con el que los chinos nos quieren dar a entender que están aquí para quedarse; y que si bien aún tienen un largo camino por recorrer, posiblemente en unos 10 años puedan estar a la altura de las exigencias de los coches europeos. Es toda una declaración de intenciones, y si eres una persona que se desplaza del punto A al punto B sin más pretensiones, puede resultarte un coche más que útil; pero si eres un poco sibarita como un servidor, encontrarás varios aspectos mejorables, para nada insalvables, pero que empobrecen la experiencia de conducir este coche.

Y otra de las cosas positivas de este coche es su etiqueta ECO, que te permitirá acceder a Madrid Central y a otras ciudades con restricciones al tráfico rodado, lo cual puede ser un fuerte argumento de compra si necesitas hacer uso del coche por el centro de la ciudad.

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